Es curioso como nosotros mismos podemos llegar a ser la peor persona que hemos conocido. Somos la causa del odio hacia nuestro propio cuerpo después de ver personas con complexiones ficticias, somos los responsables de darles un valor a las críticas de los demás, somos los culpables de aislarnos en nuestro sufrimiento por creer que a nadie le importa nuestra vida.
Aún y con todo ese odio propio, también tenemos la opción de ser nuestras muletas cuando los rompemos una pierna. No significa que debas estar orgulloso de visitar al doctor como si fuera tu mamá, ni de meterte en problemas porque decidiste faltarle al respeto porque solo le diste tu “opinión”; se trata de mantener un equilibrio. Me parece perfecto que quieras enojarte y que, en ocasiones, prefieras estar solo, pero, si en algo estoy de acuerdo, es en la intrascendencia que debemos darles a algunas cosas.
No se debe confundir con ve y haz estupideces, debemos ser inteligentes con cada decisión que tomemos. Mi punto es que siempre debemos de estar en la búsqueda de nuestra propia comodidad y ponerla como prioridad.
Si te sientes cómodo usando ropa ajustada, disfruta; si te sientes cómoda escuchando un tipo de música, disfruta; si no quieres probar cosas nuevas, nadie puede obligarte; mientras no lastimes a nadie más con tus decisiones, haz lo que quieras.
Nadie tiene porqué reprimir su verdadera cara solo porque otra la tiene reprimida aún más. En estos tiempos llenos de falsedad, la verdad será un tesoro que todos buscan, pero muy pocos pueden llegar poseer.
