
En el mundo del arte y de sus entes creativos que día a día con su talento aportan más al mundo, está la interrogante más debatible, ¿Quién es el enemigo número uno de los artistas?
Puede que sea la envidia de otros entes creativos que escupen mala vibra, tal vez puede ser la inevitable comparación con el arte de los demás o quizás el no poder encajar en un estilo artístico,
Pero lamento informar que hay un enemigo aún peor que estos últimos mencionados, el tan famoso, tan mencionado, tan menos querido e incómodo síndrome del impostor, pero ¿Qué es eso?
Los psicólogos lo sintetizan como aquel trastorno en donde te impones ante cualquier reconocimiento de un logro, ese impulso donde te obligas a no admitir el fruto de tu esfuerzo y de tu talento.
Todo esto es el conjunto de no sentirse merecedor a algo más y, al contrario, empiezan a buscarse defectos, idealizaciones falsas y que los alejan de la realidad que es completamente diferente para el artista, es ahí donde del porqué de su nombre, se sienten impostores de su propio esfuerzo y dedicación.
Como artistas es común poder padecerlo ya que las mentes creativas suelen ser perfeccionistas, autocriticas y con negatividad ante el fracaso o rechazo, la fijación de objetivos es un punto importante y del que tanto lo desean.
Los creativos han encontrado entre la misma comunidad ese abrazo de apoyo para combatir este mal, lo curioso y nada gracioso es que todos lo padecemos, eso mismo nos hace darnos cuenta de que podemos ayudarnos a combatir el mal y que produce a su vez como baja autoestima y falta de confianza en uno mismo.
Los expertos proponen que la mejor forma de combatirlo es siendo neutro en comentarios acerca del trabajo, pero abrirse a aceptar las felicitaciones, también recomiendan el buscar una sola aprobación, la de uno mismo.
Las mentes creativas siempre serán propensas a sufrir casos de este tipo, en el mundo del arte es más complicado y es por eso que la importancia de una comunidad que apoye, anime y no haga cosas contrarias a las mencionadas se hagan presentes, el poder de las palabras es sumamente fuerte y pueden ayudar a más de un artista que lo necesite, seamos todos contra el síndrome del impostor hasta que este desaparezca.